Por Manuela Moore Rueda
¿Te sonrojas con facilidad? Seguramente más de uno bromea contigo para ver cómo te enrojeces. Pero cuando lo fugaz se hace permanente, el chiste pierde la gracia. Vivir con la cara sonrojada no es cosa de risa. Todo lo contrario: es una enfermedad crónica. ¿Su nombre? Rosácea.